LE MASTURBE EN UNA CAFETERÍA

 

No puedo dejar de pensar en ti, no sé qué hiciste, pero no logro sacarte de mi mente. Creo que estoy perdiendo la cabeza. Eso fue lo que dijo.

Si él supiera que yo sentía exactamente lo mismo.

Allí estaba, de pie, esperándome. Podía notar su nerviosismo en su sonrisa. Cuando me planté frente a él, me quedé inmóvil. Durante unos segundos solos nos miramos y sonreíamos mutuamente. Entonces me atrajo hacía él contra su cuerpo y me besó despacio, nuestras lenguas se rozaban suavemente dentro de nuestras bocas. Se detenía para mirarme y volvía a besarme.

-¿Ya acabaste? dije entre risas.

-No...pero por ahora, sí, me detengo.

Visitamos esa cafetería con sillones semicirculares y biombos que dividían los espacios, creando un ambiente acogedor y una sensación de intimidad alrededor de la mesa.

Conversamos sin parar, compartiendo todo que habíamos vivido en esos días, como nos echábamos de menos y lo que nos deseábamos el uno al otro. Mientras hablábamos, su mano recorría suavemente mis piernas una y otra , con esa delicadeza que hacia que mi piel se erizara.

Si ya me excitaba tenerlo cerca, sentir directamente el roce de su piel contra la mía era algo imposible de describir con palabras.

Tomó mi mano y la colocó sobre su polla mientras me decía "mira". Me acerqué a su oído y le susurré que tenía mi cuerpo totalmente húmedo y deseoso de él.

La tensión del lugar, el morbo, junto con la pequeña intimidad que compartíamos, nos hizo perder un poco el control, la excitación pudo con nosotros.

Le miré con deseo y le pedí que se desabrochara el pantalón y se sacará la polla. Mientras seguíamos disimilando con nuestra conversación, mi mano se deslizó en su polla firme, venosa y palpitante.

Comencé a acariciarla con movimientos pausados, ejerciendo algo de presión en ciertos momentos, siempre manteniendo un ritmo constante.

Su excitación era tan evidente que apenas podía articular palabra, mientras yo no paraba de decirle palabras cargadas de deseo: como me encanta sentirte en mi mano así, quiero que me pringues de ti, que derrames tu semen en toda mi mano.

Las sacudidas eran suaves pero cada vez más rápidas e intensas. Respiraba con fuerza. Sé que ahora mismo lo que deseas profundamente es en esta misma mesa, follarme profundamente, fuerte, delante de todos. Córrete para mi, dame lo que quiero, le susurré al oído mientras le besaba. 

Sentí esos  gemidos atrapados en mi boca, su cuerpo relajándose y mano mojarse de él.

Apenas logró decir mi nombre, Olivia joder.

Guárdatela bien porque ahora tienes que usar tu lengua para limpiar toda mi humedad, tengo el coño chorreando.

Olivia 💙