TOC TOC!!!

 

No podía creer que ya estuviera allí, nunca pensé que tuviera al final el valor de atreverse. Ahí estaba, frente a la puerta de mi casa. 

La calentura que tenía desde que empecé hablar con ella hizo que nada más verla, la agarrará de la nuca y la besará con desesperación. Siempre dudaba, aferrándose a sus inseguridades, pero creo que con ese beso se le aclaró todo: me gustaba, me fascinaba. Ojalá pudiera ver a través de mis ojos cómo la veo, estoy seguro de que todas sus dudas desaparecerían.

Se sorprendió, pero el rubor en sus mejillas, el destello en sus ojos azules y esa sonrisa en su cara me dejaron claro que el recibimiento le había encantado. Tomé su mano y la invité a seguirme hacia mi habitación. No dejaba de repetir que era una locura. Entonces, acercándome aún más, murmuré "dejémonos llevar" mientras mis labios rozaban los suyos tras cerrar la puerta.

Deslicé mis manos bajo su vestido, percibiendo el calor de su piel, y como sus pezones se marcaban fuertes. Con un movimiento decidido, se lo quité y lo dejé caer al suelo.

Me susurró al oído con voz de deseo "hazme tuya" mientras sus dientes se aferraban a mi cuello. La acosté sobre la cama, deslizando el tanga fuera de su cuerpo. Abrí sus piernas con calma, acercándome para hundirme en su intimidad.

Mis labios y mi lengua recorriendo su piel, saboreando cada curva y textura de su húmeda calidez, explorando lentamente y disfrutando el placer que brotaba de ella.

Emitió un gemido contenido mientras me pedía que continuara. La devoré con ansias, presionando mi lengua sobre su clítoris y disfrutando cada parte de ella. Sus movimientos contra mi cara, el temblor de su cuerpo y ese largo gemido fueron la señal inconfundible de que había alcanzado su clímax. Mientras su esencia se desbordaba, seguí degustándola, deleitándome con el placer de sentirla en mi boca.

Se incorporó y me hizo recostarme. Sacó mi polla dura, venosa, caliente de mi ropa interior. Me la tomó con su mano, me miró con una sonrisa y luego se la llevó a la boca. Me la chupó lento, profundo haciendo ruidos húmedos, mirándome a los ojos desde abajo. Me acariciaba los huevos mientras mi polla entraba y salía de su boca.

No podía esperar más, tomé un condón, me lo coloqué y la recosté de nuevo.

Se la metí de golpe, seguía tan mojada que la entró entera hasta el fondo.

Se aferró a mí con intensidad, envolviendo mis caderas con sus piernas mientras nuestros cuerpos se encontraban en un ritmo apasionado, La tensión no tardó en llegar al límite, y en ese instante, todo culminó en un estallido de deseo y placer compartido. Bombee dentro de ella sintiendo sus intensas palpitaciones sobre mi polla.

Olivia 💙