EN UN BANCO SOLITARIO



Siempre me dec铆a que me dar铆a un abrazo, y ahora entiendo por qu茅 insist铆a tanto. No puedo sacar de mi mente la sensaci贸n de nuestros cuerpos juntos. Fue un torbellino de emociones cuando sus brazos rodearon mi cuerpo, desde la comodidad de sentirme en un lugar seguro hasta el deseo ardiendo de que me poseyera.

Esa conexi贸n termin贸 en un beso. Me besaba con intensidad, con deseo, con pasi贸n. Tuve que detenerlo porque era hora de irnos. Poco despu茅s me escribi贸 para decirme: d茅jame verte ma帽ana. Sonre铆, era evidente que le hab铆a encantado.

Le respond铆 que lo intentar铆a. Era complicado coincidir por los horarios; 茅l ten铆a una hija peque帽a que cuidar, y yo estaba casada. Pasaron varios d铆as antes de que pudi茅ramos encontrarnos de nuevo. Mientras tanto, habl谩bamos todos los d铆as, nos escrib铆amos constantemente; aquello comenzaba a convertirse en una obsesi贸n para m铆. Lleg贸 un punto en el que no lograba conciliar el sue帽o. Los pensamientos me invad铆an, y a veces hasta empezaba a sentir celos sin raz贸n.

Por fin lleg贸 el d铆a. All铆 estaba, lo distingu铆 desde la distancia. En cuanto me vio acercarme, corr铆 hacia 茅l y me lanc茅 a sus brazos. Empec茅 a besarlo como si el mundo se acabara en ese instante. 脡l me abrazaba con fuerza, apret谩ndome contra su pecho.

¿C贸mo era posible extra帽ar a alguien sin apenas conocerlo? Me dijo: "Te he echado de menos", y yo, sin dudar, le respond铆.

Est谩bamos sentados en ese banco solitario, inmersos en una conversaci贸n que parec铆a no tener fin. Risas, besos y caricias se suced铆an sin pausa, mientras el tiempo parec铆a detenerse para nosotros. En un momento, me acomod茅 sobre 茅l, moviendo lentamente mis caderas, buscando que el roce de mi entrepierna acariciara su polla.

Comenc茅 a besarle lentamente, disfrutando cada instante en el que nuestras lenguas se encontraban. Me di cuenta de que cada vez que dejaba escapar un gemido, su polla palpitaba. Hasta llegu茅 a sentir alg煤n gemido suyo en mis labios.

En un instante me dijo que me detuviera, que no soportaba m谩s. Tom茅 su mano, sujet茅 uno de sus dedos y lo gui茅 suavemente hacia mi interior.

Con esfuerzo logr贸 hablar. -Uff no puedo. Retir茅 su mano y pas茅 mi lengua por sus dedos, disfrutando de mi propio sabor.

A煤n recuerdo c贸mo observaba el modo en que saboreaba sus dedos impregnados de m铆.

Su polla se puso dur铆sima. No pudo contenerse y me bes贸 con una mezcla de pasi贸n y urgencia. Con movimientos decididos, desabroch贸 su pantal贸n, sac贸 su polla y se coloc贸 un preservativo. Nos pueden ver, murmur茅 preocupada. No me importa, respondi贸, apenas conteniendo su necesidad.

Apart贸 mi tanga a un lado, me inclin茅 ligeramente y lo introduje en mi interior. Entr贸 de manera suave, se humedeci贸 al instante y pude sentir c贸mo le agradaba tanto eso como mi calor.

Me deslizaba con movimientos delicados mientras nuestros labios se encontraban. Las penetraciones eran profundas, pero manten铆amos un ritmo pausado y lleno de intensidad. A medida que sus gemidos se volv铆an m谩s profundos mi cuerpo comenz贸 a acelerar el ritmo, entreg谩ndose con mayor fuerza, hasta sentir su cuerpo estremecerse y su polla palpitar dentro de m铆.


Olivia 馃挋


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